En una persona promedio y
normal, su sistema se encuentra equilibrado, donde al conjuntarse los neurotransmisores,
puede obtenerse buenos resultados de la interacción entre dopamina – serotonina
– noradrenalina, como: el desarrollo de funciones cognitivas simples y
complejas, o un correcto desarrollo de emociones y estados de ánimo. Dicho
estado se encuentra alejado de las personas con trastorno por déficit de
atención.
Por tanto las personas que
padecen este desequilibrio hormonal, les genera satisfacción observar, efectuar
o desarrollar actividades que les genere placer, y dichos factores pueden
encontrarse en cualquier lado, aun retirando todos aquellos potenciales
elementos de un entorno, que una persona (ajena al padecimiento) puede
especular que será un probable distractor.
El trastorno por déficit de
atención, es una dificultad que sufren algunos estudiantes que como su nombre
lo dice, no consiguen enfocarse ante una determinada tarea u ocupación de la
vida cotidiana o en procesos de aprendizaje, donde suele presentarse en esta
cuestión como una persona bastante lenta de aprender o complicada para entender.
Usualmente se puede
caracterizar a estos sujetos como personas que no tienen la capacidad de
mantenerse concentrados en una sola actividad, sin importar su grado de
dificultad para realizarla, los recursos con los que cuenta, las personas que
las rodean o la inhibición de cualquier tipo de factores que podrían generar su
distracción inmediata. Pues ellos siempre encontraran un elemento externo o
interno para distraerse.
En cuanto a los factores
que logran hallar los sujetos que padecen déficit de atención, los componentes de estos elementos no tienen
que ser lo suficientemente grandes o llamativos para provocar la distracción de
estas personas, pues pueden ser actividades, movimientos u objetos tan
insignificantes que perturben su atención.
Se ha investigado que
existe la posibilidad de captar la atención de estos sujetos a pesar de sus
condiciones, dichos procedimientos pueden partir desde actividades físicas y
actividades lúdicas al ámbito educativo; pues para ambos procesos se requiere
que constantemente se atraiga su atención de forma espontánea.
Las actividades físicas
tendrán como finalidad reducir la potencial energía que contiene el sujeto a
través de dinámicas, que requieran un alto desgaste corporal, con el fin de
reducir o canalizar de forma viable su función cognitiva.
En cuanto a las actividades
propias al ámbito educativo, es recomendable implementar dinamismos en los
aprendizajes, donde en periodos muy cortos se aborden diversos temas con
métodos interactivos que logren captar su atención por mayor cantidad de
tiempo, reforzando constantemente un mismo aprendizaje pero con diferentes
actividades y materiales didácticos.
Al final, ambos procesos
pueden ser abordados en la vida social y escolar del individuo, con la
finalidad de que paulatinamente el sujeto con trastorno por déficit de
atención, sea capaz de centrar su atención para realizar actividades por
periodos de tiempo cada vez más prolongados, logrando así, su pleno desarrollo
en ambos aspectos.